A partir del 17 de agosto, nuevas reglas revolucionarán la forma en que se paga a los agentes inmobiliarios, creando incertidumbre y oportunidades en la industria.
El sector inmobiliario estadounidense se prepara para lo que podría ser el cambio más significativo en su estructura de pagos en un siglo. El 17 de agosto entrarán en vigor nuevas regulaciones que alterarán radicalmente la forma en que se remunera a los agentes inmobiliarios. Estos cambios son el resultado de un acuerdo de 418 millones de dólares alcanzado en marzo por la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios (NAR) en respuesta a demandas que alegaban violaciones de las leyes antimonopolio.
Tradicionalmente, los vendedores de viviendas eran responsables de pagar una comisión que oscilaba entre el 5% y el 6% del precio de venta, que se repartía entre el agente del vendedor y el agente del comprador. Algunos expertos sostienen que este modelo ha inflado los precios de las viviendas al incorporar estos costes al precio de venta. Sin embargo, las nuevas normas pretenden desmantelar esta estructura eliminando las prácticas informales que la sustentaban, ofreciendo a los consumidores una mayor claridad y elección.
El cambio más significativo prohíbe que la remuneración de los agentes se incluya en los servicios de listado múltiple, las bases de datos centralizadas que utilizan los agentes inmobiliarios para compartir detalles sobre las casas en venta. Además, los agentes de los compradores ahora deberán discutir sus honorarios por adelantado y formalizar un acuerdo escrito con los compradores antes de mostrarles las propiedades, una medida que podría alterar significativamente la dinámica del mercado.
El impacto de estas reformas ha generado reacciones encontradas. Mientras algunos agentes predicen que esto allanará el camino para nuevos modelos de negocios y podría expulsar a muchos agentes inmobiliarios del sector, otros, como Mary Schumann, una agente inmobiliaria de Minnesota, creen que los cambios son manejables y no muy diferentes de las prácticas existentes en ciertos estados.
Por otro lado, las empresas que operan con modelos alternativos, como las agencias de corretaje con tarifa plana y de descuento, ven esto como una oportunidad para prosperar. Redy, por ejemplo, una plataforma que permite a los agentes inmobiliarios pujar por listados de propiedades, espera beneficiarse de estos cambios. “Esto es parte del cambio en la forma en que siempre se ha trabajado en el sector inmobiliario”, dijo Shelly Cofini, directora de estrategia de Redy.
Sin embargo, no todo el mundo comparte este optimismo. Madison Mathias, una agente inmobiliaria de 19 años, reconoce que estas nuevas normas podrían disuadir a los agentes menos experimentados, ya que los compradores podrían dudar en firmar contratos vinculantes con agentes más nuevos. A pesar de los posibles desafíos, Mathias sigue confiando en que la clave para superarlos radica en la confianza y la formación continua.
A medida que se acerca la fecha límite, la industria observa con cautela cómo afectarán estos cambios al mercado. Lo que está claro es que el 17 de agosto marcará el comienzo de una nueva era para el sector inmobiliario estadounidense.
Por Orlando J. Gutiérrez