El presidente propone una asociación 50-50 entre TikTok y EE.UU., lo que plantea complejas cuestiones jurídicas y estratégicas
En un giro sorprendente, el presidente Donald Trump ha expresado su apoyo a los magnates tecnológicos Elon Musk y Larry Ellison para que potencialmente adquieran las operaciones estadounidenses de TikTok. Hablando durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, Trump esbozó una propuesta audaz que implica que el gobierno estadounidense tome una participación del 50% en la plataforma a cambio de otorgar un permiso para operar.
“Yo estaría [a favor] si quisiera comprarlo”, dijo Trump sobre Musk, dueño de X (antes Twitter). “Me gustaría que Larry también lo comprara”, agregó, con el presidente de Oracle, Larry Ellison, a su lado. Ellison, cuya compañía ya brinda servicios de alojamiento para TikTok, parecía intrigado por la sugerencia y comentó: “Me parece un buen negocio, señor presidente”.
El plan de Trump implicaría que la empresa matriz de TikTok, ByteDance, de propiedad china, venda la mitad de la empresa a Estados Unidos y conserve la participación restante. Sin embargo, el acuerdo plantea importantes desafíos legales en virtud de la Ley de Protección de los Estadounidenses frente a Aplicaciones Controladas por Adversarios Extranjeros, que exige una desinversión total a favor de una empresa estadounidense. Los expertos legales sugieren que una empresa conjunta no cumpliría con este estatuto.
Expertos legales pesan en
Los expertos en derecho constitucional y los analistas del sector han expresado dudas sobre la viabilidad de la propuesta de Trump. Jonathan Entin, profesor emérito de Derecho de la Universidad Case Western Reserve, señaló: “La idea es sacar de la mesa esa conexión extranjera, y una empresa conjunta no parece que lo logre”.
Nicholas Creel, profesor de derecho empresarial en Georgia College & State University, se hizo eco de este sentimiento: “Mientras ciudadanos extranjeros de países adversarios posean el 20% o más de TikTok o mantengan un control significativo sobre sus datos o algoritmos, la aplicación debe ser prohibida”, dijo.
Además, Jared Carter, experto en derecho constitucional de la Facultad de Derecho de Vermont, indicó que una división 50-50 probablemente violaría tanto la letra como el espíritu de la ley. “El estatuto exige explícitamente la desinversión a una empresa estadounidense”, afirmó Carter. “Las preocupaciones de seguridad nacional impulsan este requisito, y una empresa conjunta no resuelve esas preocupaciones”.
Intereses financieros e implicaciones geopolíticas
A pesar de los obstáculos legales, la posible adquisición de TikTok representa una importante oportunidad financiera para las empresas estadounidenses y una pieza fundamental en las negociaciones más amplias con China. Dan Ives, director global de investigación tecnológica de Wedbush Securities, describió a TikTok como "una ficha en la mesa de póquer" en las actuales discusiones sobre aranceles. Espera múltiples ofertas por las operaciones estadounidenses de TikTok, y Musk emerge como un probable favorito debido a su capacidad para obtener la aprobación tanto de Washington como de Beijing.
Musk, que ya ha criticado las prohibiciones de TikTok por considerarlas una violación de la libertad de expresión, declaró recientemente en X: “La situación actual, en la que a TikTok se le permite operar en Estados Unidos, pero a X no se le permite operar en China, es desequilibrada. Algo tiene que cambiar”.
Desafíos para la implementación
La orden ejecutiva del presidente que retrasa la aplicación de la prohibición de TikTok durante 75 días podría abrir la puerta a las negociaciones, pero también corre el riesgo de presentar impugnaciones legales. “Es muy probable que la orden sea revocada”, dijo Creel, citando su desviación de los requisitos explícitos de la ley. El Congreso o competidores como Meta y X pueden impugnar la propuesta de Trump, argumentando que perjudica sus intereses.
En definitiva, sigue siendo incierto si la visión de Trump de una empresa conjunta podrá materializarse. Como señaló Entin: “Es necesario que una parte que esté perjudicada legalmente impugne esto. ¿Quién va a dar un paso al frente?”.
A medida que se desarrolla el debate sobre el futuro de TikTok, lo que está en juego (económica, legal y geopolíticamente) no podría ser mayor. Ya sea a través de Musk, Ellison u otro postor, el resultado de estas negociaciones sentará un precedente sobre cómo Estados Unidos maneja la propiedad tecnológica en un mundo globalmente conectado, pero políticamente dividido.
Por Orlando J. Gutiérrez