El nuevo presupuesto aborda la crisis de la vivienda, la proliferación del cannabis, el cierre de prisiones y las políticas de la era de la pandemia en un paquete legislativo integral.
En una decisión histórica, los legisladores de Nueva York aprobaron recientemente un presupuesto estatal de 237 mil millones de dólares destinado a abordar cuestiones apremiantes que van desde la escasez de viviendas hasta los vendedores de cannabis sin licencia. El paquete legislativo integral, finalizado después de un extenso debate y negociación, abarca medidas para estimular la construcción de viviendas, regular el mercado de la marihuana, acelerar el cierre de prisiones y sostener las políticas de la era de la pandemia.
Uno de los elementos fundamentales del presupuesto es el ambicioso plan para revitalizar el mercado inmobiliario del estado. Un elemento central de esta iniciativa es una propuesta que ofrece incentivos fiscales a los promotores que asignen una parte de nuevos apartamentos a un alquiler por debajo del precio del mercado. Si bien la gobernadora Kathy Hochul lo aclamó como un importante paso adelante, los críticos argumentan que el plan no logra abordar las causas fundamentales de la crisis inmobiliaria y, en cambio, favorece a los desarrolladores sobre los inquilinos.
Al mismo tiempo, el presupuesto enfrenta la proliferación de tiendas de cannabis sin licencia, particularmente rampante en la ciudad de Nueva York. Al reconocer los impedimentos burocráticos para la aplicación de la ley, la legislación faculta a las autoridades locales para acelerar el cierre de dispensarios ilícitos, simplificando el proceso y frenando la venta no regulada de marihuana.
Al abordar el sistema penitenciario del estado, los legisladores aprobaron planes para acelerar el cierre de instalaciones correccionales seleccionadas, una medida impulsada por la disminución de la población de reclusos. El Gobernador Hochul ahora enfrenta la tarea de identificar hasta cinco cárceles para su cierre antes del próximo marzo, continuando la tendencia de cerrar instalaciones correccionales para optimizar recursos y ahorrar costos.
Además, el presupuesto amplía las políticas de la era de la pandemia, incluida la venta de bebidas alcohólicas para llevar y permitir que las salas de cine ofrezcan licores fuertes. Estas medidas tienen como objetivo apoyar a las industrias en dificultades y adaptarse a la evolución de las preferencias de los consumidores en medio de los continuos desafíos de salud pública.
Sin embargo, persisten elementos polémicos dentro del presupuesto, en particular la asignación de 2.400 millones de dólares para apoyar a los migrantes internacionales, lo que generó críticas de algunos sectores por incentivar potencialmente una mayor migración al estado.
La finalización del presupuesto, retrasada por un ciberataque a la oficina estatal responsable de redactar los proyectos de ley, subraya la complejidad y urgencia de las cuestiones abordadas. Mientras el presupuesto espera la firma del gobernador Hochul, su aprobación indica un importante paso adelante para abordar los desafíos multifacéticos que enfrenta el estado de Nueva York.
Por Orlando J. Gutiérrez