La oferta de BHP por Anglo American expone una brecha crítica en la capacidad minera, lo que amenaza el suministro mundial de cobre.
El reciente aumento de los precios del cobre, que se ha disparado a 10.000 dólares la tonelada, ha provocado conmociones en la industria tras la explosiva oferta del Grupo BHP por Anglo American Plc. Sin embargo, detrás de este entusiasmo se esconde una realidad preocupante: el sector minero no logra seguir el ritmo de la demanda, lo que genera temores de una inminente crisis de oferta.
Los principales actores de la industria están ansiosos por capitalizar la creciente demanda de cobre, impulsada por el auge de los vehículos eléctricos, la infraestructura de red y los centros de datos. La ambiciosa propuesta de BHP por 39 mil millones de dólares para adquirir Anglo American subraya su enfoque estratégico en expandir sus operaciones de cobre. Sin embargo, a pesar de esta perspectiva alcista, la inversión de la industria en nuevos proyectos mineros sigue siendo alarmantemente baja.
Si bien la posible adquisición de BHP podría solidificar su posición como el mayor productor de cobre, abasteciendo aproximadamente el 10% del mercado, no abordará el déficit fundamental de oferta. Se prevé que las minas existentes experimenten una disminución significativa en la producción en los próximos años, dejando una brecha sustancial que requiere más de 150 mil millones de dólares en inversiones entre 2025 y 2032, según estimaciones del Grupo CRU.
Bernard Dahdah, analista senior de materias primas de Natixis SA, advierte que la escasez de cobre representa un riesgo significativo para la industria de los vehículos eléctricos, particularmente para lograr los objetivos de emisiones netas cero. Destaca la urgente necesidad de una estrategia integral para aumentar el suministro.
La inminente crisis de oferta ha sido la fuerza impulsora detrás del impresionante repunte del 16% del cobre este año. A diferencia de picos de precios anteriores, la demanda actual de cobre sigue siendo relativamente moderada y el mercado físico está adecuadamente abastecido. Sin embargo, el desequilibrio entre la oferta y la demanda indica una crisis potencial si no se aborda con prontitud.
Mientras la industria enfrenta el desafío de satisfacer la creciente demanda, la urgencia de invertir en nuevos proyectos e infraestructura minera nunca ha sido más apremiante. De no hacerlo, se corre el riesgo de exacerbar la crisis del cobre y socavar sectores vitales que dependen de este producto esencial.